Su argumento es el siguiente:
Cuando el príncipe heredero de Austria es encontrado muerto, la evidencia, según la interpreta el Inspector Lestrade, apunta a un suicidio. Sin embargo, Sherlock Holmes deduce que el príncipe ha sido víctima de un asesinato que es sólo una pieza de un rompecabezas más grande y mucho más portentoso, diseñado por el profesor Moriarty. La astucia de Moriarty está siempre un paso por delante de Holmes a la par que teje una red de muerte y destrucción, la segunda parte de un plan mayor que, si tiene éxito, va a cambiar el curso de la historia...
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